Por Juan Tomás Valenzuela
Dos “empresarios” bandidos
en una rueda de prensa,
detrás de una recompensa
pagada por el “ungido”,
dan como hecho concluido
que se trató de un error,
el reparto malhechor
de mochilas que el Estado
compró pa’l estudiantado
a un negocio suplidor.
Estos dos pelafustanes
notablemente nerviosos,
en un hecho bochornoso
admitieron sus desmanes.
Moviendo como alacranes
sus tenazas en la mesa,
se hicieron perro de presa
de este ilícito complot,
diciendo que fue un boicot
que le hicieron a su empresa.
Confiesan que fue un error,
sin embargo, estos chacales
creen que manos criminales
se infiltraron sin rubor.
Dislocaron el tambor
que hace la serigrafía,
logrando por esta vía
que los bultos en cuestión,
en vez de Temo o Rondón,
tenga el nombre de Lucía.
Si no se pueden juzgar
a esta gente por corruptos,
debía hacerse por canutos,
por pillos o criminal,
Porque ¿a quien van a engañar
con esta rueda de prensa?
Si aquí, la única mensa
es la hermana del “ungido”,
que aún piensa que ese bandido
puede asumir su defensa.
Juan de los Palotes
4 septiembre 2018
